Cuando yo ya no esté no habrá más rosas, cipreses, labios rojos,
ni vino perfumado. No habrá más albas ni crepúsculos, alegrías ni penas.
El universo no existirá,
pues su realidad depende de nuestro pensamiento.

                                    *    *    *

En un susurro dijo la arcilla
al alfarero que la amasaba:
Recuerda que he sido como tú...
¡No me maltrates!

Omar Khayyam
Rubaiyyat