Creo que cuando me muera, me pudriré y no sobrevivirá nada de mí.
No soy joven y amo la vida, pero me parece despreciable temblar de
terror ante la idea de la aniquilación. La felicidad no es menos
verdadera porque deba terminar, ni el pensamiento y el amor
pierden valor por el hecho de que no son eternos.

 

Bertrand Russell