apenas y apenas


Pensó
          ojalá que no
pero esta vez acaso sea la última

con el deseo más tierno que otras noches
tentó las piernas de la mujer nueva
          que afortunadamente no eran de carrara
posó toda su palma sobre la hierbabuena
          y sintió que su mano agradecía
viajó moroso y sabio por el vientre
          se conmovió con valles y colinas
se demoró en el flanco y su hondonada
         que siempre era su premio bienvenido
anduvo por los pechos eligiendo al azar
         y allí se quedo un rato descifrando
con el pulgar y el índice reconoció los labios
         que afortunadamente no eran de coral
y deslizó una mano por debajo del cuello
         que afortunadamente no era de alabastro

Pensó
         ojalá que no
pero puede ser la última
y si después de todo
es la última vez
Entonces cómo            haré mañana
de donde sacaré la fuerza y el olvido
para tomar distancia de esta orografía
de esta comarca en paz
de esta patria ganada
           apenas y a penas
           a tiempo y a dulzura
           a ráfagas de amor.

Mario Benedetti