Ciencia contra religión, una nueva batalla en Kansas

El mes pasado, el nuevo consejo educativo del estado de Kansas aprobó nuevas recomendaciones curriculares para la enseñanza obligatoria que excluyen la teoría de la evolución de las especies y la teoría de la gran explosión (big bang). Dichas teorías evolucionistas no formarán parte de los exámenes oficiales para los estudiantes de dicho estado. Aunque no se prohibe a los profesores la enseñanza de dichas materias, es de esperar una reducción significativa de contenidos en sus programas docentes.

La teoría de la evolución, tanto la microevolución, evolución de las especies dentro de un grupo u orden, como la macroevolución, evolución de las especies superiores a partir de las inferiores, es un hecho científico tan indiscutible como que la Tierra gira en

órbita alrededor del Sol. La comparación entre árboles filogenéticos, secuencias de ADN, de diferentes especies no deja lugar a dudas. Más aún, gran parte del código genético o ADN de un animal no interviene en el desarrollo del genotipo de dicho animal

y varía en diferentes individuos de la misma especie. Dicha variabilidad permite la identificación de criminales y la determinación de la paternidad utilizando pruebas de ADN. Este "ADN chatarra" está formado por secuencias repetitivas que tienen la capacidad de cambiar rápidamente entre un número limitado de estados y su existencia confirma la capacidad de adaptación al medio de las especies.

La teoría de la gran explosión, que no es una teoría sobre la creación del universo, sino sobre la evolución del universo tras su creación, también es un hecho científico confirmado por múltiples resultados experimentales, como la homogeneidad e isotropía de la radiación cósmica de fondo obtenida por el satélite COBE. Si bien no exenta de paradojas, como el valor de la constante cosmológica o el modelo correcto para el periodo inflacionario, es la única teoría que explica porqué el universo que conocemos es como es.

Es fácil interpretar la decisión tomada en Kansas como otro paso más de la guerra entre ciencia y religión. Tanto la ciencia como la religión se basan en la fé, fé en el método científico y fé en las Santas Escrituras, respectivamente. Ambas pretenden conocer la verdad. La verdad científica evoluciona conforme nuestro conocimiento se acrecienta. La verdad religiosa es inmutable. La fé religiosa es una vivencia individual en la que se comparten experiencias colectivas para hacer a los individuos más felices. La fé científica es una vivencia colectiva en la que se comporte conocimiento con objeto de hacer a la sociedad, en su conjunto, más feliz. Ciencia y religión no son incompatibles, quizás, incluso son complementarias.

Francisco R. Villatoro (Profesor de la Universidad de Málaga)